El temible final de Mujeres Desesperadas, ese que, bajo ningún concepto, queríamos que llegase, ha llegado. Y lo ha hecho con un capítulo doble que yo esperaba que fuera un poco más intenso, un poco más acorde con lo que había sido la serie hasta ahora. La noche de los muertos vivientes fue más suave de lo que me esperaba, pero aún así, el capítulo fue una maravilla. Si no quieres saber qué ocurrió en los dos últimos episodios finales de Mujeres Desesperadas, no sigas leyendo, pues esta entrada viene cargada de spoilers.
Los dos capítulos emitidos fueron bastante diferentes entre sí. A pesar de saber que eran dos capítulos yo me esperaba que hubiera un poco más de continuidad entre ellos y que no fueran una ruptura tan brusca de uno a otro. El primero de ellos, una semana más, se centró en el juicio de Bree por el asesinato de Ramón. Las cosas cada vez se estaban poniendo más complicadas para la pelirroja, por lo que tuvo que contarle a su abogado, tras un beso apasionado, que había sido Carlos el que había matado a Ramón, que en realidad se llama Alejandro, ya que éste iba a atacar a Gaby. A pesar de que Bree le pidió a Trip que no lo utilizara en el juicio, éste llamó al estrado a Gabrielle. Finalmente, Karen, que ya estaba terminal, quiso declarar y decir que había sido ella quien había matado a Alejandro, tras conocer que había abusado de Gabrielle cuando ésta era una niña. Destacar que Gaby estuvo a punto de autoacusarse diciendo que había sido ella en defensa propia, pero no hizo falta gracias al gran gesto de la anciana y enferma vecina. Con estos datos sobre la mesa, la fiscalía no tuvo otra cosa que hacer que quitar los cargos sobre Bree y Karen, dejándolas libres a las dos.
Sin embargo, todo no era de color de rosa, pues Bree, muy enfadada con su abogado por haber puesto a Gaby a declarar, no quiso saber más. Con la celebración de la victoria, termina el capítulo.

Susan informa a sus amigas de que se muda de la ciudad para vivir con su hija y así poder ayudarla a la hora de criar al bebé que está en camino. Es cuando se lo está contando a las chicas cuando aparece por ahí Katherine. ¿El motivo de su visita? Proponerle a Lynette un trabajo en su gran compañía de comida francesa, en Nueva York. Lynette se lo tendrá que pensar, pero le apetece mucho, como si lo necesitara para ser feliz, aunque más tarde se da cuenta de que todo lo que necesita es tener una vida junto a Tom y éste le dice que esa vida puede ser en Nueva York.

Todas han tenido su final feliz. Todas las historias de nuestras protagonistas terminan como debían terminar. Es hora de una última partida de poker. ¿Será la última? Aparentemente sí. Lynette se muda con Tom a Nueva York. Gabrielle monta su propio negocio online que le permite, posteriormente, tener su propio programa de televisión en Los Ángeles. Bree se casa con Trip y comienza una campaña política en Kentucky, donde es elegida senadora. Y Susan...Susan se marcha con sus hijos y su nieta. Es la primera de las amigas en marcharse y su marcha es muy emotiva ya que, al dar una última vuelta por la calle, va dejando atrás a todos aquellos personajes que alguna vez habitaron Wisteria Lane y que murieron: empezando por su marido Mike, hasta acabar con Mary Alice, motivo de que Mujeres Desesperadas comenzara.
Pero, ¿qué tiene que esconder la nueva inquilina de la casa de Susan? Nos ha encantado el final dando pie a una nueva historia con un nuevo misterio porque recordamos que una cosa que ha marcado todas y cada una de las temporadas de Mujeres Desesperadas, es el misterio que escondía alguno de los personajes.
Ha sido un gran final y echaremos de menos poder verla cada lunes. Hasta siempre Mujeres Desesperadas. Gracias por ocho años, ocho temporadas increíbles.
XoXo, Mystic Falls
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